A contrarreloj, matarifes lanzan inédita propuesta para postergar el troceo obligatorio de carne


El troceo será obligatorio la semana que viene, pero, para destrabar, el Gobierno no será tan duro con las medias reses mientras no se lleven al hombro.

Apartir del 1° de noviembre próximo quedará prohibida en el país la comercialización de medias reses bovinas a minoristas, así como de cualquier trozo de estas que supere los 32 kilos. 

Todos saben que al menos una cuarta parte de lo que se faena en el país no puede cumplir para el martes que viene esa norma. Sin embargo, todo indica que han encontrado una salida airosa a la situación.

A grandes rasgos, el conflicto ha colocado en un extremo del ring al Gobierno (que dictó la resolución) y los frigoríficos exportadores (que ya despostan las reses bovinas y venden por cortes), que argumentan que es arcaica e insalubre la comercialización de medias reses, tanto para los hombreadores como para los consumidores. 

En el otro rincón, quedaron los mataderos que abastecen al consumo interno (que venden medias reses y no están en condiciones de trocearlas por falta de espacio, cámaras de frío, sierras, etc.) y los matarifes (que despachan las medias reses a las carnicerías), que dicen que no están dadas las condiciones para implementar semejante cambio porque no se han hecho reuniones, generado planes ni dado créditos blandos para adaptarse, y que cuentan con el apoyo de intendentes y gobernadores y otros miembros de la cadena.

Medias reses ya no a upa, sino en carrito 

En este contexto, miembros de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMyA), que vienen desde principio pidiendo que en vez de obligatoriedad de troceo se permitan medios mecánicos, fueron ayer hasta el establecimiento rural de General Las Heras donde el ministro de Economía, Sergio Massa, anunció unos subsidios para pequeños productores de maíz y soja, y le presentaron su posición a él y a funcionarios de Agricultura.

“Le pedimos a Massa que nos dé un plazo para implementar esos medios mecánicos. Propusimos esto para salir del paso, porque las plantas frigoríficas son las que no pueden cumplir la normativa, por eso tenemos que salir nosotros a hacer el salvataje que en verdad no nos corresponde”, le dijo Leonardo Rafael, presidente de CAMyA, a iProfesional. “Lo vamos a hacer para salir adelante y que no se haga un tapón que genere desabastecimiento y se complique la entrega. Massa nos dijo que estaba al tanto, que se iba a ocupar del tema”.

A partir del 1° de noviembre próximo quedará prohibida en el país la comercialización de medias reses bovinas a minorista.

Según Rafael, hay distintos medios de descarga, algunos se están patentando, otros probando para hacer ajustes. “La media res bajaría por un aparejo hasta el carro, y de ahí, a la carnicería. Pero pedimos cuatro meses porque sabemos que en este momento no hay insumos, hay que ver si están las ruedas disponibles y todo lo demás”.

Si bien dijo no tener calculado el costo, estima que medios de este tipo pueden valer entre $ 50.000 y 100.000. Si bien individualmente no parece una cifra tan importante, si se la multiplica por los cerca de 10.000 camiones que estima suman los matarifes, el monto ascendería en promedio a unos 750 millones de pesos.

Una salida airosa para el Gobierno

Fuentes del Gobierno insisten en que no va a haber prórroga para el fin de la media res, aunque aclaran que esta exigencia no corre en la venta a mayoristas. En cuanto a las medias reses para carnicerías, todo indica que, mientras no sean hombreadas, serán más contemplativas.

Está claro que los carritos resuelven la situación del hombreador, pero no se ajustan a lo que exige la Resolución conjunta 4/21, que establece la obligatoriedad del troceo de las medias reses, ni cambian demasiado las cuestiones sanitarias respecto de las actuales. 

Sin embargo, desde Agricultura dan a entender que considerarán más grave una media res a los hombros de un trabajador, que no podrá ser descargada y deberá volver a la planta frigorífica además del acta, que una sobre medios mecánicos, a la que solo se le labraría un acta. 

Así, da la impresión de que las autoridades harán la vista gorda ante las medias reses en carritos, al menos por el momento. Una salida airosa: los hombreadores ya no hombrearían, que es el objetivo primordial declarado en la norma, y el sistema seguiría funcionando.

El troceo será obligatorio la semana que viene, pero, para destrabar, el Gobierno no será tan duro con las medias reses mientras no se lleven al hombro.

El riesgo de lo provisorio que se eterniza

Es claro que el carrito no resuelve el “doble estándar” sanitario e impositivo que rige en el negocio de la carne, del que se quejan los frigoríficos exportadores, obligados a ser muy prolijos por los requerimientos de los mercados externos. 

Pero aparece como una forma de evitar la colisión en este momento. La cadena de la carne genera muchos empleos, y claramente no es el momento de ponerlos en riesgo, ni por la situación económica ni de cara a un año electoral. A la vez, tanto CAMyA como los frigoríficos del interior nucleados en la cámara FIFRA habían amenazado con interponer medidas cautelares contra la implementación de la nueva normativa.

Según un analista del sector que prefiere no entrar en esta polémica, el peligro de la implementación del carro, más allá de que no es una modalidad acorde al siglo XXI, es que, como toda excepción provisoria, quede para siempre. Otros, más optimistas, piensan que permitirá zafar ahora y acompañar en el proceso, que irá empujando, por peso propio, hacia la comercialización por trozos y eventualmente, más adelante, por cortes.

Fuente: iprofesional.com

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